La cámara del iPhone 16e es uno de sus grandes fallos de este teléfono de Apple
Su calidad, sin ser mala, no es la mejor posible


El iPhone 16e que ha sido lanzado hace poco tiempo, es un terminal que permite a Apple ofrecer un dispositivo con diseño moderno, puerto USB tipo C, el potente chip A18 y 8 GB de RAM por un precio sensato (teniendo en cuenta que hablamos de la firma de la manzana mordida). Pero, como suele ocurrir en productos de gama media, hay detalles que revelan ciertos recortes.
Aunque el iPhone 16e parece una ganga a primera vista, su cámara es el apartado donde más se notan estos ajustes realizados por el fabricante con el objetivo de ahorrar costes. Te mostramos lo que puedes esperar de este componente.
Un diseño moderno, pero una cámara que no es muy actual
El iPhone 16e llega con un aspecto que lo sitúa en la misma línea visual que sus hermanos mayores: bordes planos, pantalla Fluid AMOLED de 6,1 pulgadas y resistencia IP68. Sin embargo, al girarlo, notamos una diferencia clave: solo hay un sensor en la parte trasera. Nada de ultra gran angular, ni zoom óptico. Y, esto, es algo ya bastante revelador.

Apple defiende esta decisión destacando su sensor principal de 48 MP debido a que es el mismo que utiliza el iPhone 16. Además, la compañía promete un “zoom sin pérdida” mediante recortes inteligentes en la resolución alta. Suena bien en el papel, pero… ¿esto es tal y como lo indica la marca?
El sensor es más pequeño: el truco detrás de los megapíxeles
No todos los sensores de 48 MP son iguales. En este caso, el detalle está en el tamaño. Mientras el iPhone 16 utiliza un sensor de 1/1.56″ con píxeles de 1.0 μm, el iPhone 16e reduce estas medidas a 1/2.55″ y píxeles de 0.7 μm. Traducción: un 30% menos de tamaño por píxel, lo que significa una menor capacidad para capturar luz -especialmente en entornos con poca iluminación-.
En la práctica, esto significa que el iPhone 16e depende más del procesado digital para compensar. ¿El resultado? Fotografías con mayor ruido, ajustes de exposición más agresivos y colores que pueden tender a tonos amarillentos en situaciones complejas. En comparación, el iPhone 16 logra un bokeh más natural y detalles más nítidos sin abusar del sharpening.
Estabilización: ¿óptica vs sensor shift?
Durante años, Apple ha utilizado Sensor Shift en sus modelos, una tecnología que estabiliza moviendo el sensor. El iPhone 16e, en cambio, recurre a la estabilización óptica (OIS), común en otros dispositivos del mercado -un ejemplo son la mayoría de los Android-. En teoría, Sensor Shift es superior, pero en la práctica, la diferencia es mínima para el usuario medio. Por lo tanto, del mal… al menos.

Estilos Fotográficos, bien… pero con limitaciones
Los Estilos Fotográficos son un ejemplo claro de cómo Apple segmenta sus dispositivos. Mientras el iPhone 16 introdujo controles avanzados (saturación de colores o filtros con ajustes granular), el iPhone 16e se queda con la versión básica de 2021: dos deslizadores para contraste y temperatura.
¿Limitación del hardware? Puede ser, sí, pero resulta difícil de creer. El chip A18 está presente, aunque con un núcleo GPU menos -lo que puede afectar de forma directa en este apartado-. Para usuarios casuales, esto quizá no sea un problema, pero los avanzados notarán la falta de libertad creativa.
Nada de vídeo cinematográfico
Este Modo, que permite grabar vídeos con enfoque selectivo y cambios de profundidad en tiempo real, es otra ausencia notable. Apple argumenta que el público objetivo del iPhone 16e no prioriza estas funciones, pero la realidad es que su exclusión refuerza la categorización de productos. Por cierto, también pierde el terminal el Modo Acción, que requiere del ultra gran angular (inexistente aquí) para lograr vídeos muy estables en movimiento.
Eso sí, no todo son malas noticias. La herramienta Mezcla de Audio, incluida en la app de edición, es un gran acierto. Permite aislar voces del ruido ambiental y ajustar niveles de sonido, ideal para creadores de contenido que inician su camino en el vlogging.
Modo retrato: solo para humanos, por decisión (no por limitación)
Aquí llega una de las grandes. En pleno 2025, donde incluso los smartphones económicos permiten aplicar efecto bokeh a cualquier objeto, el iPhone 16e limita su Modo Retrato exclusivamente a rostros humanos. ¿Por qué?
La explicación técnica sería que los terminales premium de Apple usan lentes secundarios para calcular la profundidad, pero lo cierto es que los algoritmos actuales (y el chip A18) podrían simular este efecto sin problemas. Parece más una decisión estratégica: reservar funciones para justificar el precio de modelos superiores.

¿Merece la pena el iPhone 16e pese a esto?
A pesar de los recortes, la cámara del iPhone 16e sigue siendo bastante competente a la hora de hacer fotos. En condiciones de luz adecuada, los resultados serán nítidos y los colores fieles. Además, la cámara frontal es idéntica a la de los iPhone 16 Pro, un detalle a tener muy en cuenta con los selfies y videollamadas.
Si eres de quienes priorizan la productividad, redes sociales y consumo multimedia, el iPhone 16e es una opción adecuada. Pero si la fotografía móvil es tu pasión, incluso un iPhone 14 Pro o 15 Pro de segunda mano ofrecerán más versatilidad (zoom óptico, modo noche avanzado e, incluso, RAW profesional). Aquí, Apple juega con una estrategia clara: ofrecer lo esencial sin canibalizar sus modelos premium.