Los 15 meses de Ángel Simón al frente de Criteria: “Pensaba que su posición iba más allá de la de su cargo”
El ‘holding’ de La Caixa cesa al consejero delegado que imprimió un gran giro estratégico pero perdió la sintonía con Fainé


Un dicho resume los 15 meses que han pasado desde que Ángel Simón fue nombrado, a finales de enero de 2024, consejero delegado de Criteria Caixa: “Los trapos sucios se lavan en casa”. La discreción y la falta de aspavientos es marca de la casa en el universo La Caixa, pero llega un punto en que hasta estos trapos hay que airearlos para que se sequen bien. Este martes, mientras toda España volvía a la normalidad por el apagón eléctrico masivo, el principal holding industrial español cesaba por sorpresa a su primer ejecutivo. El mismo en quien Isidro Fainé, presidente del brazo industrial y presidente de la Fundación Bancaria La Caixa —único accionista de Criteria—, había confiado para que llevase al holding a cotas de actividad e influencia muy elevadas. Pero aunque Criteria mostraba más músculo que nunca, los trapos se iban ensuciando en silencio: a medida que Simón cumplía con el encargo y emprendía una carrera frenética de adquisiciones y participaciones en empresas estratégicas, esta confianza se ha ido deteriorando. Este martes, de mutuo acuerdo según Criteria, Simón ha tomado la misma dirección que antes habían seguido otros delfines de Fainé caídos en desgracia: la de la puerta de salida.
Fainé fichó a Simón para sustituir a Marcelino Armenter al frente de Criteria con un objetivo claro: dejar atrás una etapa de prudencia, participaciones pequeñas en una cartera de diversificadas ampliada, y rentabilidades fiables y pacientes. El carácter de Armenter y el de Simón no pueden ser más contrapuestos, y el segundo, que venía de Agbar, empezó fuerte. Desde enero, cuando fue nombrado, hasta junio, cuando presentó su plan estratégico, ya había hecho más que en muchos años antes: había entablado conversaciones con el fondo emiratí Taqa para hacer una opa en Naturgy (que fracasaron), había ampliado la participación de Criteria en Telefónica de la mano del Gobierno para hacer frente a la entrada del fondo saudí STC, había comprado el 9,4% de ACS, había entrado en Puig y Colonial, había vendido su participación en Cellnex y sonaba en la operación de Talgo. Todo esto, sin haber puesto aún negro sobre blanco cuál era la nueva hoja de ruta.
Esta confirmación llegó en junio, cuando Fainé y Simón presentaron el nuevo plan estratégico para llegar a 2030 con una cartera de activos valorada en 40.000 millones de euros. Desde entonces, Criteria también ha entrado en Europastry y en Veolia, y ha fusionado parkings Saba con la belga Interparking. El ritmo de compras y participaciones y los resultados cosechados en 2024, cuando la cartera alcanzó un valor de 33.400 millones, hacen prever que el objetivo es posible. El encaje ahora del sustituto de Simón en este plan estratégico y también en un equipo directivo que el hasta ahora consejero delegado se había hecho a su medida, es una incógnita.
El hiperactivismo de Criteria —que fuentes cercanas a la compañía expresan que ha sido muy positivo para situar al holding en una posición de más influencia en los consejos de administración de empresas estratégicas y para blindar el presupuesto de la Fundación Bancaria La Caixa con dividendos de empresas campeonas en sus sectores y rentables— tuvo una derivada: el mayor protagonismo de Simón. Fuentes conocedoras explican que lo que ha ocurrido en este tiempo es, a la vez, una falta de sintonía entre Simón y Fainé y sus allegados, y un desajuste de las expectativas del consejero delegado. “Pensaba que su posición iba más allá de la de su cargo”, señalan.
Un ejemplo de ello, aunque fuentes conocedoras explican que no es el único, es reciente: a principios de este mes, la siderúrgica Celsa emitió un comunicado en el que explicaba que había llegado a un principio de acuerdo con Criteria para que el holding entrase con un 20% en su capital. En plena Semana Santa, sin embargo, Criteria mandó un comunicado muy diferente: la operación no estaba cerrada y no se podía dar por descontado. Este es uno de los episodios que explican, según las mismas fuentes, que la pérdida de confianza “se haya ido agravando en los últimos meses y semanas”.
No es la primera vez que Fainé —que tiene 82 años y cuya sucesión al frente del conglomerado La Caixa es una incógnita— retira por completo la confianza en ejecutivos que había promocionado. Y en todos los casos, la cuestión de la sintonía, la relación piel a piel y el conflicto entre roles protagonistas tiene algo que ver. Juan María Nin, que fue su número dos en CaixaBank, fue despedido cuando Fainé se enteró de que el primero se presentaba como próximo presidente del banco. Y Jaume Giró, anterior director general de la fundación, también fue apartado por llevar una agenda demasiado personal.
La persona que relevará a Simón, y la posición que tendrá, también muestran hasta qué punto se trata de una cuestión de sintonía. En la reunión del patronato —que estaba prevista desde hace días y se mantuvo pese al apagón eléctrico del lunes— la Fundación Bancaria La Caixa no solo ha aceptado la salida de Simón sino que ha decidido cubrir su vacante en el consejo con Francisco Reynés, presidente de Naturgy y un hombre muy cercano a la órbita de La Caixa y a Fainé: a principios de abril fue nombrado patrono de la fundación. Antes de presidir Naturgy, y aún antes de ser consejero delegado de Abertis y presidente de Cellnex, este ingeniero industrial nacido en Palma de Mallorca en 1963 ya estuvo en Criteria: en 2007 fue director general de Criteria CaixaCorp, y llevó a cabo el proceso de salida a Bolsa de esta compañía en octubre de ese año. Ese era el embrión de lo que, después de la reestructuración del sistema financiero en la década pasada, terminó siendo Criteria Caixa, que no cotiza en Bolsa y es propiedad 100% de la fundación, a la que nutre con los dividendos de sus participadas.
Reynés, vicepresidente ejecutivo
El objetivo del patronato no es que Reynés sustituya a Simón como consejero delegado, sino que ascienda un peldaño y se sitúe justo por debajo del presidente Fainé: Reynés asumirá en las próximas semanas la vicepresidencia ejecutiva, es decir, tendrá más poder que Simón. Es alguien que además había tenido algún desencuentro con el hasta ahora consejero delegado, quien había dejado caer que no le convencía el plan Geminis, con el que Reynés quiere partir en dos Naturgy.
Reynés continuará por ahora como presidente de Naturgy mientras se desempeña como vicepresidente de Criteria, aunque fuentes cercanas explican que esto puede cambiar en el futuro —el propio Simón dejó la presidencia de Agbar seis meses después de aceptar el cargo de consejero delegado en Criteria—. El presidente de Naturgy convocó ayer a su consejo para pedirle autorización para asumir el puesto en Criteria, ya que le liga un contrato de exclusividad con la gasista, pero fuentes de la compañía explican que no hay problemas de gobernanza o incompatibilidad.
También existe la posibilidad de que Reynés nombre a alguien por debajo de él, un consejero delegado, para compartir la carga de trabajo. Uno de los nombres que suenan es el de José María Méndez, que fue nombrado consejero dominical en Caixabank en representación de Criteria —principal accionista del banco— y también como adjunto al consejero delegado en Criteria, aunque fuentes de la compañía explican que solo asesoraba a Simón con relación a la participación de Criteria en Caixabank.
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