El S&P 500 marca máximos históricos entre esperanzas de un acuerdo comercial con China
Desde los mínimos de abril, el selectivo estadounidense ha remontado cerca del 23%. El Ibex 35 pone fin a dos semanas a la baja y sube un 0,86%

Cuatro meses después de revalidar sus máximos, el S&P 500, uno de los índices bursátiles más seguidos por los inversores, ha alcanzado nuevas cotas históricas. Superada la moderación que siguió al anuncio de que EE UU pondría fin a las negociaciones comerciales con Canadá, los inversores se han decantado de manera decidida por las compras. El S&P 500 se sacude las dudas y avanza un 0,52%, suficiente para marcar un nuevo récord. Desde los mínimos registrados en abril, cuando Trump sacudió los mercados con la mayor batería arancelaria desde la Gran Depresión, el índice rebota más de un 23%.
Con los mercados europeos ya cerrados, el presidente estadounidense ha anunciado en las redes sociales que detiene las negociaciones con Canadá por el impuesto que Ottawa estudia imponer a los servicios digitales y las grandes tecnológicas estadounidenses. “Canadá, un país con el que es muy difícil COMERCIAR… acaba de anunciar que impondrá un impuesto a los servicios digitales a nuestras empresas tecnológicas estadounidenses, lo que supone un ataque directo y flagrante a nuestro país”, ha publicado en cuenta de Truth Social. “Terminamos todas las negociaciones con efecto inmediato”, ha sentenciado.
Las tensiones comerciales, los conflictos geopolíticos y las presiones a la independencia de la Reserva Federal no han frenado la recuperación de las bolsas mundiales tras el golpe que supuso el mal llamado “día de la liberación”. Esta semana ha sido buena prueba de ello, marcada por el ataque estadounidense a instalaciones nucleares iraníes. El lunes, los inversores amanecieron con la mirada puesta en Oriente Medio y en la evolución de los precios energéticos, pero el temor duró poco: en menos de 12 horas el crudo pasó de superar los 80 dólares a desinflarse hasta los 76. Una respuesta contenida de Teherán y el alto el fuego decretado por Washington facilitaron que el petróleo prolongara los descensos y alentaran la recuperación bursátil.
Los planes de gasto en defensa de la OTAN y la posibilidad de un acuerdo comercial con China y hasta 10 de sus socios, según Bloomberg, también han dado aliento a la renta variable. La apertura alcista de Wall Street sirvió de estímulo para Europa: el Euro Stoxx 50 y el Dax alemán subieron cerca de un 1,5%, superados por el Cac francés (+1,8%), mientras que el Ibex 35 avanzó un 1,1%. El selectivo español ha logrado sacudirse las dos últimas semanas de caídas y avanza en las últimas cinco jornadas un 0,86%, quedando a las puertas de los 14.000 puntos. La Casa Blanca vuelve a echar mano a la fórmula TACO (Trump Always Chickens Out) y afirma ahora que no es “crítico” el plazo del 9 de julio para negociar nuevos pactos comerciales.

“Hay muchísimo dinero que quiere entrar al mercado y que no lo hizo durante un tiempo. Y creo que, si no hay noticias negativas, la atracción gravitatoria natural recae sobre todos estos activos”, comentó Rick Rieder, director de inversiones de renta fija global de BlackRock, a la CNBC. A pesar del optimismo, los analistas de Berenberg aconsejan prudencia y no descartan repuntes puntuales de volatilidad vinculados al debilitamiento de algunos indicadores, la menor liquidez de los meses de verano y el comportamiento errático de Trump. “Esto podría provocar una mayor incertidumbre a corto plazo. Pero no esperamos que se vuelvan a alcanzar los mínimos de abril. El posicionamiento menos optimista de los inversores debería dar lugar a una corrección menor”, añaden.
La tensión se mantiene en el mercado de divisas, donde el dólar sigue afectado por las presiones sobre la Reserva Federal y acelera en su debilidad frente al resto de monedas. El euro supera los 1,17 billetes verdes, niveles de 2021. Las mejores perspectivas para Europa y la búsqueda de una alternativa a la divisa estadounidense están acelerando la fortaleza de la monera comunitaria. El consenso del mercado constata que el rebote fugaz que experimentó el dólar con el aumento de las tensiones bélicas es una señal clara de cómo el temor a las políticas comerciales de Trump han impactado a un activo que en crisis financieras pasadas fue un refugio seguro.
Según datos recopilados por Bloomberg, el jueves, coincidiendo con la publicación por parte de Wall Street Journal de los planes de relevo al frente de la Fed, la negociación de la divisa europea fue una de las cinco mayores desde que hay registros. El mercado ve cada día más posible el euro alcance los 1,20 dólares a medio plazo. “El deseo de Trump de ‘eclipsar’ a la Fed mediante un sustituto designado para el presidente, Jerome Powell, no es una buena manera de promover la percepción de integridad y autonomía en la formulación de políticas estadounidenses y, por extensión, la del estatus de moneda de reserva del dólar estadounidense”, reconoce Thierry Wizman, estratega global de divisas y tipos de interés de Macquarie Group.
A pesar de las presiones, Powell ha insistido esta semana en que aún no es el momento de bajar los tipos y que será clave vigilar los datos macroeconómicos. De momento, estos le dan la razón: el índice PCE, su indicador de precios preferido, subió en mayo al 2,3% interanual (dos décimas más que en abril), pero sin mostrar un gran impacto inflacionista tras los aranceles. La cifra rompe tres meses de descensos y no despeja las dudas sobre una rebaja de tipos inminente.
La caída de las rentabilidades, que en las últimas jornadas habían experimentado recortes esperanzadores, repuntan ligeramente, pero no borran los descensos semanales. El bono estadounidense a diez años recorta diez puntos básicos hasta el 4,27%, mientras que la referencia a dos años baja quince puntos hasta el 3,75%. Para el presidente de la Fed de Minneapolis, Neel Kashkari, las expectativas de tipos no se han movido y sigue esperando dos reducciones en 2025, el primero en septiembre. Los operadores del mercado dan una probabilidad de hasta el 90% a este escenario.
En el mercado español, el protagonismo del día ha sido para Indra, que ha subido más del 4,8% en Bolsa gracias a la mejora de la recomendación de Morgan Stanley. Tras él, le han seguido en los ascensos Acciona Energía y Puig, con avances del 3,6% y 3,2%, respectivamente. En cambio, Endesa se ha dejado un 2,54%, caída que está ligada a que la energética está descontando este viernes el pago del dividendo que realizará el próximo martes.
En el panorama corporativo español, hoy termina el plazo para presentar ofertas por TSB, la filial británica del Banco Sabadell, en plena opa del BBVA. Según fuentes financieras, habría dos entidades interesadas, Santander y Barclays. Por lo pronto, la entidad vasca se anota un 1,96% en Bolsa y arrastra a la catalana (1,93%).
El mercado petrolífero, uno de los más sensibles a las tensiones geopolíticas, baja la presión gracias a la continuidad del alto el fuego entre Irán e Israel. El Brent, que en las últimas semanas ha experimentado fuertes bandazos, cae 12% en la semana, el mayor recorte en tres años, y ronda los 67,7 dólares.
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