Bruselas aprueba la compra de BPM por parte de Unicredit, pero exige la venta de 209 oficinas

La Comisión Europea ha dado luz verde este jueves a una macrooperación bancaria de 12.700 millones de euros. Bruselas ha decidido dar su plácet sujeto a condiciones a la compra de BPM, el tercer banco italiano por activos, por parte de Unicredit, el primero del país, en un movimiento que no gustaba nada a las autoridades italianas, tanto de competencia como gubernamentales. A cambio de la aprobación por parte de las autoridades comunitarias, Unicredit se ha comprometido a vender 209 sucursales bancarias en Italia a sus competidores.

A pesar de que ambos bancos son italianos, dadas las dimensiones del negocio de Unicredit dentro de otros países de la Unión Europea, la operación entraba dentro de los umbrales que activan el escrutinio de la Comisión Europea, algo que no sucede en el caso del BBVA y el Sabadell, una compra cuyo escrutinio se queda en la mesa del Consejo de Ministros español, donde llegará la decisión final, precisamente, el próximo martes.

Tanto UniCredit como BPM prestan servicios de banca corporativa a empresas de todos los tamaños, así como servicios de banca minorista y servicios de seguros y gestión de activos. UniCredit tiene operaciones significativas en Italia, Alemania, así como en Europa Central y Oriental. BPM opera principalmente en Italia.

Las investigaciones de la Comisión Europea concluyeron que, a nivel local, la operación de compra plantearía problemas de competencia en los mercados de depósitos y préstamos, tanto para los consumidores minoristas como para los servicios bancarios a las pymes. “Dado el fuerte solapamiento horizontal entre las actividades y sucursales de las empresas en 181 zonas locales, la Comisión temía que las empresas pudieran haber adquirido un poder de mercado excesivo, lo que podría dar lugar a precios más altos y a una menor competencia en esas zonas”, explica el comunicado oficial desde Bruselas.

Pese a los problemas a nivel local encontrados por Bruselas, las autoridades europeas han concluido que a nivel regional la operación no supondría problemas de competencia para los servicios bancarios. La Comisión tampoco encontró riesgos de coordinación en el mercado bancario italiano.

El compromiso de la venta de las 209 sucursales, situadas en localidades italianas en las que sí que había un mayor riesgo de concentración, bastan para “compensar por completo las preocupaciones de la Comisión, al remover el riesgo de concentración horizontal en las actividades que ambas empresas desempeñan en esas áreas y sirven para garantizar que la competencia siga preservándose”, expresa la Comisión.

Mediante una oferta de 12.700 millones de euros que empezó a fraguarse a finales de 2024, Unicredit espera tomar el control de su tercer competidor para fusionar ambas entidades. La operación no gustó al Gobierno italiano de Giorgia Meloni, que impuso condiciones duras para su aprobación. Además, pese a que por la superación de umbrales el análisis era competencia de la Comisión Europea, Italia pidió a Bruselas que se inhibiera de su estudio, algo que las autoridades europeas han rechazado expresamente.

“La Comisión ha llegado a la conclusión de que no existen razones de peso que justifiquen la remisión de la operación a Italia. La Comisión tiene especial interés en garantizar que se preserve la competencia en sectores como la banca y los seguros, que son de crucial importancia para el desarrollo económico de la Unión de los Mercados de Capitales y de la Unión del Ahorro y la Inversión. Además, la Comisión está bien situada para ocuparse de la operación, ya que ha desarrollado una experiencia significativa en el análisis de los mercados bancarios. Por consiguiente, la Comisión rechazó la solicitud”, han explicado sobre la negativa al Gobierno de Meloni.

De llegar a buen puerto, la operación alumbraría a una entidad que, atendiendo a los números de 2024 de ambos bancos por separado, podría tener unos activos valorados en más de 982.213 millones de euros.